sábado, 5 de julio de 2008

Un país con diez discos -pobre tía- Parte I

Nada más gratificante que ir a comprar la última placa de tu grupo preferido a la disquería; ese LP de tantos recuerdos que hoy está en formato CD o, aquel que te atrae gracias a que un amigo te le recomendó, aún, cuando a vos no te termina de convencer porque los solos de guitarra se parecen al punteo de Keith Richards en Paint It Black.

Entonces, después de meditarlo por largo tiempo, decidí que el dinero que serviría para la medicación de mi enferma tía, lo destinaría en la adquisición de mi próximo disco.

Mientras caminaba hacia “NoCover”, exaltado de alegría porque en instantes tendría en mi poder In rainbows, el último disco de Radiohead, algo inesperado ocurrió: llamó mi tía, pero como en el celular tengo identificador de llamadas, no la atendí.

Entré a la disquería y noté que las bateas se encontraban vacías, áridas; en especial una: “Rock Internacional”. Me acerqué al mostrador -donde se encontraba el dueño- y pregunté si tenían el disco de Radiohead, que tanto ansiaba. Soslayadamente -para no interferir en el clima excéntrico que genera “NoCover” con cuatro personas en el local- el dueño me susurró al oído que, con la “legalización” de la piratería de CD truchos y el alto costo de las importaciones, retiró todos los discos internacionales que había en las bateas.

Al mismo tiempo pensé que era una señal del más allá para que destinara el efectivo a la salud de mi tía. Rápidamente fui tentado con una nueva propuesta de compra a la que accedí de inmediato: “¿Por qué no te llevás un disco de rock nacional?, hay muchos”.

¡Rock Nacional!, cuanta historia, ¡más de cuarenta años! Cómo elegir un disco entre tantos estilos, bandas, discografías. Le pedí ayuda al dueño de la disquería: “¿Cuáles son los diez mejores discos del rock argentino?, como para tener una guía.

El hombre se sentó, tomó aire y me dijo que prestara mucha atención. Al pie del cañón, escuché cada una de sus palabras. “Mirá pibe, yo hace muchos años que trabajo en este rubro, pero nunca nadie me preguntó semejante estupidez; bendita la hora en que lo hiciste. La verdad que desde mi lugar puedo decirte cuales son esos discos, pero tenés que tener en claro una cosa: seguramente cuando te los diga, algunos te van a gustar, otros no tanto y el resto tal vez los odies. Acá no se trata de gustos propios, sino de racionalidad en cuanto a calidad musical, poética, popularidad y conceptualidad para elegir los diez
mejores discos del rock nacional”.

Sin emitir sonidos, solo asentando con la cabeza, seguí escuchando la charla del “Sr. NoCover”: “Sin duda el primer disco que viene a mi mente es Artaud (1973), editado por Pescado Rabioso, aunque en realidad corresponde a Luis Alberto solista. Con que te diga tres temas de este monumento al rock, vas a entender porqué lo elegí: Todas las hojas son del viento, Bajan y Cementerio Club.

La segunda maravilla de nuestro rock es La Biblia (1971) de Vox Dei, una obra conceptual que dio mucha tela para cortar. Todavía recuerdo que el Arzobispado, que había pedido revisar las letras, recomendó a la juventud que escuchara el disco.

En tercer lugar, más contemporáneo, ubico a OKTUBRE (1986). Sin dudas una de los mejores discos de la historia argentina. Creo que amerita que se lo remarque, sobre todo porque es una de las bandas -junto con Sumo- que supieron mezclar dos clases, dos públicos, la calle con la universidad, el barrio con la filosofía. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, embanderan con este ejemplar un símbolo “revolucionario” dentro de la música nacional. La revista CantaRock, publicó en ese entonces: ‘es un discazo que de entrada obliga a adjetivar desmedidamente’.

Piano Bar (1984), también es otro monstruo de colección. Demoliendo hoteles, No se va a llamar mi amor, Cerca de la revolución y Raros peinados nuevos son sólo una muestra del nivel de composición que un genio como Charly pudo lograr.

Después viene... ¡Fito!, con El amor después del amor (1992). Muchos pueden disentir y decir que Tercer Mundo, Ciudad de Pobres Corazones o Circo Beat son mejores placas, pero no. Y eso que yo coincido más con el gusto de esa porción de aficionados, pero El amor… es 'EL' disco de Rodolfo.

Anonadado por la lección de rock que estaba teniendo, perdí las horas del tiempo. Creo que el “Sr. NoCover” también sufrió el desfasaje mental que produce hablar de rock y es por eso, que me dejó con la charla a la mitad y una respuesta incompleta, ya que debía cerrar el negocio.

Anhelo que en mi próxima visita a la disquería, el “Sr.…” complete la historia y así, descubrir cuáles son los diez mejores discos del rock nacional.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

I truly appreciate it.

Anónimo dijo...

I agree with you about these. Well someday Ill create a blog to compete you! lolz.

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo con la eleccion de los discos y muy original la forma de plantearlo!!! Espero la proxima!!!
saludos micaela