sábado, 8 de noviembre de 2008

Luz Paris. Eterno resplandor de una banda con recuerdos

En un ambiente donde el hardcore o el punk no saturan los parlantes del local y se puede escuchar buen jazz de fondo, La Octava dio cita a unos parisinos -y no son extranjeros, ¡eh!- de esta ciudad, con la excusa de hacer una entrevista.

Primero, algunas explicaciones: Luz Paris nace en la escuela -cuando eran unos pibes todavía-, más precisamente en el Polivalente de Arte. Ahí se conocen los hermanos Montoya, Diego y Rubén, con Hernán Légora, a los promiscuos 13 años (aunque Diego ya tenía algunos más). Matías González, “Mati” para los amigos, pateaba en el barrio con los Montoya, por ese entonces.

Un día, Diego y Mati quisieron armar algo enserio. El mayor de los Montoya se acercó a Hernán para mostrarle algunos temas que tenían -uno de esos llamado “Perfume”-, e inmediatamente fueron a ensayar los tres junto a Horacio, el primer bajista de Luz Paris. Rubén estaba en otra banda, y tardaría dos años más en sumarse al proyecto.

Hoy, veinteañeros, Hernán (H), cultivado por bandas como Bad Religion, Deftones, Queen y Sumo junto a Rubén (R), mezcla de “Lobo Estepario” y los ex Limón, ambos, son dos de las tres guitarras que envuelven a la banda. Con una Quilmes, una Coca y algunos maníes de por medio recuerdan su primer presentación…

H: Fue en “Territorio”, en el marco de un concurso de bandas. Compartimos escenario con Kerigmas esa fecha. El dato es que llegamos y el lugar… ¡estaba clausurado! (risas) Llegó el dueño (muy tranquilo), arrancó el papel y nos abrió la puerta. ¡Estuvo buenísimo!

- Antes de editar su primer LP realizaron algunos shows, incluso fuera de la ciudad.

R: Tuvimos una fecha muy mala en Bs. As, tuvimos ganas de irnos.

H: El contacto del primer viaje fue así: yo trabajaba en una sandwichería y entró un cliente, un flaco. Nos ponemos a hablar de música y me comenta que tiene una productora en Bs. As. Imaginate las ganas que teníamos de viajar que el primero que nos ofreció algo… ¡fuimos de una!

R: Nosotros pensamos que iba a ser más acogedor… Agarramos las cosas y nos subimos al tren, pero nadie nos fue a buscar a Constitución. El chabón no se comunicó nunca con nosotros, encima después del show teníamos que hacer el aguante hasta las nueve de la mañana para volvernos a Mardel. Nos dijeron que no había problema; el local iba a estar abierto hasta esa hora. Sabíamos sólo la dirección del lugar, nada más. Igual llegamos y estaba “Luz Paris”, nuestro cartel.

H: La banda que abrió con nosotros era un chiste: el tipo hacía covers pero graciosos… Nosotros íbamos con una expectativa increíble, pero arrancamos medio mal, nos reímos un poco pero ya a lo último no daba…Primero tocó el solista, después su banda y después nosotros.

R: Había muy poca gente y hablaban muchísimo. Era demasiado, la gente se metía en los micrófonos, estando el escenario bien arriba.

H: Decí que la mayor parte de la gente la habíamos llevado nosotros (primos, amigos) Era muy alevoso, estando lejos de la gente se escuchaba todo. Nos enojamos, insultamos al aire (que no lo tenemos que hacer mas) y tocamos un tema punk, que lo hacíamos en chiste en los ensayos. La idea era hacer un ida y vuelta, pero nunca los trajimos después de la fecha que nos dieron…

R: ¡Encima el lugar cerró cuando terminamos de tocar: 02:00 AM! Por suerte un amigo de Bs. As. nos llevó a su casa y nos hizo el aguante ahí… ¡Le comimos todo! ¡Salchichas con arroz y huevo duro a las cuatro de la mañana!

Nacieron en verano de 2000, un año y medio después hicieron su primer presentación, viajaron a Buenos Aires, tocaron en la última edición del Pre-Cosquín Rock que se realizó en Mar del Plata, con un show de nivel internacional y un despliegue escénico que ninguna de las bandas de esa instancia logró, quedando a solo seis votos de ganar y sabiendo que la familia de Mati (6 personas) llegaron tarde, no les dieron papelitos y, aun así, se cagan de risa. Luz París con su post-rock carnalizado en pedaleras y violas, ve nacer “Dormir con el ruido de la lluvia” a mediados de diciembre de 2007, luego de dos años de peripecias horarias. El 23 de ese mes llegó la presentación oficial del disco en Villa Victoria Ocampo.

H:
Estuvimos trabajando desde las diez de la mañana sin parar para la presentación. Quince minutos antes de tocar terminamos de poner el último tornillo y nos fuimos a cambiar.

R: ¡Para no cortar la línea con la que veníamos de estar jugados!… Encima la Villa nos dio el espacio, nada más. Nosotros tuvimos que llevar las luces, el sonido y la escenografía. Salimos antes del trabajo, llegamos a la mañana y estuvimos horas colgando telas para las proyecciones, uniendo fierros y alambres.

H: La fecha estuvo buenísima, pero tocamos muertos de cansancio.

- Ustedes editaron el disco con la UMI; uno de los que encabezó ese proyecto es Cristian Aldana, cantante de El Otro Yo, y siempre reivindica esto de “la banda no tiene que pagar para tocar”, ¿Qué piensan?

H: Es así. Vos brindas algo, guste o no guste no creo que haya que pagar para tocar, eso hace desistir a muchas bandas buenas que hay. Nosotros lo hacemos porque nos gusta, pero a alguien que le va mal no sé cuántas fechas va a hacer.

R: Vos terminas pagando una fecha cuando no salís hecho, no sólo no recibís nada sino que terminas pagando.

- Ahora, ¿no son los músicos cómplices de “pagar para tocar”? Como si estuviera casi aceptado; ya no hay una lucha por parte de la banda.
H:
Está todo muy burocrático, si queremos conseguir un lugar, para que no te cobren, tenés que mandar cartas, tener conocidos, no te queda otra. Si realmente querés seguir tocando es así: pagas o no tocas. Te dicen: “¿Haces rock? (contestas: sí.), Entonces NO”. El que hagas rock no quiere decir que vas a romper algo.

Rubén (de antejos) sueña con tocar en un escenario grande y compartirlo con bandas de acá. Hernán, fanático del film “La naranja Mecánica” -aunque a veces no lo recuerde- fantasea con la idea de ver miles de personas coreando sus temas. Luz Paris forma de la siguiente manera luego de despedir dos bajistas (Horacio y Charly) a largo de estos siete años: Diego Montoya (voz y guitarra), Hernán Légora (guitarra), Rubén Montoya (guitarra y coros), Matías González (batería) y Hernán Rehbein (bajo). Para Rubén significa el proyecto musical de su vida -hasta el momento- , para Hernán su primer banda, su fuente de inspiración, para ambos la que llevan tatuada en la piel. Luz Paris, una banda de rock, con luminosidad, de nivel, de otro cantar, de perfume francés… ¡Voilá!

David Akerman.

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