Un Indio que espera el alba

“En el año 1826, el gobierno de Bernardino Rivadavia contrató al oficial prusiano Rauch, nada menos que para matar indios, su misión era limpiar la pampa bonaerense de los ranqueles, esos hermosos indios que poblaban estas zonas con absoluta libertad.

(...) Era un oficial prusiano muy valiente, se adelantaba a sus tropas 200 metros por lo menos blandiendo su espada y se encontró con la horma de su zapato, porque después de haber escrito un parte donde decía “hoy hemos ahorrado balas, degollamos a 27 ranqueles”, un indio joven, apuesto, alto de pelo largo, al que llamaban “Arbolito” lo estuvo esperando en una hondonada, y cuando pasó este coronel a toda velocidad en su corcel, se le fue detrás, le boleó el caballo, cayó el militar europeo, y el indio Arbolito cometió el sacrilegio de cortarle la cabeza. Así vengaba a tantos de sus compañeros de las pampas.

(...) Arbolito se perdió en la inmensidad de las pampas, ya nadie lo recuerda. La ciudad donde ocurrieron los hechos se llama hoy Coronel Rauch, y muchas calles recuerdan al oficial prusiano, pero ninguna a ese héroe de las pampas… el querido Arbolito.”

Osvaldo Bayer.

En 1997 nace la banda homónima de este Indio vengador -en justa razón- de su pueblo, con el fin de expandir las raíces aborígenes a las selvas de cemento, revivir un espíritu de lucha perdido y entrelazar los sitios más recónditos en una sola ruta, a través del rock, el folklore y el candombe.

Arbolito es una banda muy versátil a la hora de tocar, puede hacerlo en un teatro como en un centro cultural, en un bar como en la televisión. Según Agustín Ronconi (voz, flauta traversa, quena, charango, violín y guitarra), horas antes de subir al escenario del Teatro Roxy de Mar del Plata, aseguró que les gusta tocar en donde se sientan cómodos y en el caso puntual del Centro Cultural América Libre “es un proyecto muy lindo que va creciendo como nosotros. Hoy estamos acá porque presentamos el nuevo disco, que tiene a la vez un espectáculo con video similar al que hicimos en Mayo en el microestadio de Argentinos Juniors”, agregó.

Durante más de diez años, la banda de Buenos Aires, con "venas de interior", mantuvo como sello propio, la manera de gestionarse y defender su independencia como grupo . “Pasó como una necesidad de poder crecer y desarrollarnos haciendo lo que nos gustó hacer siempre.

La única posibilidad de salir a tocar en los inicios era consiguiendo móviles prestados, sonido, lugares accesibles y autogestionando las fechas, ya que nunca nos gustó movernos en el circuito de rock en el que tenés que vender entradas anticipadas o poner plata en un boliche”, detalló Agustín. Referido al circuito de las peñas folklóricas añadió sonriente: “por ahí la banda era un poco ruidosa para esos lugares”.

“Fuimos inventando un caminito que nació con “la chata”, un “sonidito”, ir a tocar a las playas, venir los veranos a Mar del Plata, ir a Necochea y acercarles el cassette o el compact a la gente; así se pasaron los años”, relató el flamante músico. Además comentó: “hoy llegamos acá al Teatro y nos cagamos de risa porque hace ocho años tocábamos en “La Glorieta”.

Por otro lado, Arbolito siempre trabajó en forma independiente en cuanto a sus giras y, principalmente, con la realización de sus discos, excepto el último que fue producido por SONY BMG. Ante estas circunstancias, Agustín aseguró que es un gran beneficio haber accedido a trabajar con esta discográfica por la grabación de alta calidad, la profesionalidad con la que cuenta la empresa, y sobre todo, por la difusión óptima y la distribución del disco a nivel nacional.

Si bien al principio existieron algunos miedos y prejuicios a la hora de firmar con la compañía musical, la agrupación rock-folk tenía bien claro que a SONY no le conviene modificar la banda, si funciona correctamente. En otra perspectiva del cambio, el músico señaló: “nuestra exposición sigue siendo muy tranquila, no encontramos el revés negativo, en los afiches está la cara del indio y no la nuestra. Se nota cuando una banda es armada desde la productora”.

“Cuando salga el sol es una especie de sueño y necesidad que nos mueve cada día. Es la búsqueda de hacer las cosas mejor, para que muchos podamos estar mejor", dijo Ronconi en relación al título que lleva la última placa de la banda, que también se ve reflejado en el track número dos: “Chacarera de la Cloacas”; una canción para la gente que vive en la calle.

En este marco, Agustín expresó el compromiso con la sociedad y la cultura que Arbolito posee: “la militancia la volcamos en la música y nos damos cuenta que logramos que pasen cosas que de otra manera no hubiésemos logrado. Nos hace bien estar cerca de gente que moviliza mucho en barrios, que hace bibliotecas populares, estar cerca de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que sean ellas las que nos llamen para acompañarlas en distintos momentos; son cosas muy lindas. Compartir y saber que estás dando una mano desde tu lugar. Las canciones, evidentemente, desembocan en eso, en una comunicación, un mismo camino.